Sustituir el vino tinto de un ragú por un amontillado cambia completamente el plato estrella de la cocina italiana, y le aporta un sabor dulce que puede ir muy bien con algunas de las diferentes carnes que se pueden utilizar para hacer esta guiso.
La pasta con carne picada, en alguna de sus muchas variedades, es una comida típica de la infancia, y que suele encantar a los niños. Para mí, es la comida perfecta para un día en el que necesite mucha energía y sentirme reconfortada.
De hacer cualquier pasta, con un poco de carne picada salteada y un poco de tomate frito de cualquier marca, pasé a enriquecer la carne con ajo y cebolla, a añadir (y después quitar) chorizo o bacon, a descubrir la magia de la zanahoria y el apio, y a cambiar de deporte cuando descubrí el guiso tradicional italiano que llevaba años destrozando sin saberlo: el ragú.
La base del ragú es una combinación de verduras, por ejemplo apio, cebolla y zanahoria, que se mezcla con una carne y un líquido, se guisa, y se sirve con una pasta.
El ragú más popular, el ragú alla bolognese, debe cocinarse según la receta depositada por la academia de cocina en la cámara de comercio italiana en 1982 para llevar ese nombre, pero hay variaciones con diferentes carnes, como ternera, cerdo, pato, o carnes de caza.
La parte líquida del ragú suele ser un caldo y un vino tinto, y es habitual que haya una parte de tomate. El vino tinto aporta sabor y ayuda a mezclar los sabores.
A muchas personas les parece un sacrilegio cocinar con un buen vino, pero yo creo que si un guiso está rico con vino, un buen vino solo puede hacer que esté mejor. No me parece un mal gasto del vino, sino una inversión: confío en que un buen vino alegrará el plato y, aunque pierda algo de alcohol en el proceso, también me alegrará a mí.
Un amontillado es un vino más caro que los vinos blancos o tintos de brick que suelen utilizarse, pero si sólo añades vino a tus recetas de manera esporádica, y cocinas para un par de personas, puedes darte un capricho de tanto en tanto y disfrutar de los amontillados en tus guisos. Para cocinar, obviamente, no suelo elegir un amontillado de los mejores, pero hay amontillados por un precio muy accesible que puedes encontrar en algunas grandes superficies, en distribuidores online, o en nuestra tienda.
Sustituir el vino de un ragú por un amontillado cambia completamente el plato, y le aporta un sabor dulce que puede ir muy bien con algunas carnes.
Aunque en España solemos asociar esta pasta al spaghetti, la mejor pasta para disfrutar esta salsa es en realidad el tagliatelle, según los italianos. Esta pasta es más gruesa y tiene más superficie de contacto con la pasta. En casa comemos pasta Garofalo, porque está buenísima y, siguiendo los tiempos de cocción indicados en el paquete sale perfecta. Hay muchas opciones de pasta italiana o nacional que puedes usar, te recomendamos probar diferentes marcas y, si no lo has hecho ya, pasarte a la cocción al dente.
Puedes guardarla en la nevera durante 2-3 días, o congelarla en porciones de 1-2 raciones para tirar de ella en los días en los que no te da tiempo a cocinar pero necesitas y plus de energía y confort.
Manuel
Cristina